Cuidados para tu prenda
Lavar la prenda del lado contrario (es decir, al revés) protege las fibras más expuestas de la tela, como los estampados, bordados o cualquier tipo de detalle decorativo. Esta práctica reduce el roce directo con otras prendas, así como el desgaste ocasionado por el ciclo de lavado y el centrifugado. También ayuda a conservar mejor el color original y prevenir la formación de pelusas o bolitas (pilling) en la superficie exterior.
El uso de agua caliente puede ser perjudicial para muchas telas, ya que puede provocar el encogimiento de la prenda, la pérdida de elasticidad o incluso la degradación del color. En cambio, el agua fría o tibia es menos agresiva con los tejidos y permite una limpieza eficaz sin dañar su estructura. Además, lavar con agua fría también es más ecológico y ayuda a reducir el consumo energético.
Los blanqueadores (como el cloro u otros productos similares) están diseñados para eliminar manchas difíciles y aclarar telas, pero pueden debilitar las fibras y alterar la textura del tejido. Su uso frecuente acelera el desgaste de la prenda y puede provocar decoloraciones o manchas permanentes. A menos que la etiqueta indique lo contrario, es mejor evitarlos completamente, especialmente en prendas de color o con diseños impresos.
Aunque los suavizantes están formulados para dejar la ropa con un aroma agradable y una sensación suave, en algunos tejidos pueden ser contraproducentes. En prendas técnicas, deportivas o con tejidos especiales (como microfibras o elastano), los suavizantes pueden dejar una capa de residuos que afecta la transpirabilidad o elasticidad del material. También pueden reducir la capacidad de absorción de ciertas telas como el algodón.
Secar la ropa al aire libre (preferiblemente en sombra o en un lugar ventilado) es mucho más amable con las fibras que usar una secadora. El calor intenso de las secadoras puede encoger la ropa, dañar las costuras o deformar tejidos delicados. Además, el secado natural permite conservar por más tiempo la estructura original de la prenda y es una opción más sostenible y económica.
El calor excesivo puede quemar, derretir o deformar algunos tipos de tela, especialmente aquellas que contienen fibras sintéticas. Por eso, es importante revisar la etiqueta de la prenda para conocer la temperatura adecuada y, si es necesario, usar una tela protectora entre la prenda y la plancha. También se recomienda planchar con vapor o a baja temperatura, para suavizar las arrugas sin poner en riesgo el tejido.
Aunque secar al sol puede parecer una buena idea por su rapidez, la exposición directa a los rayos solares puede ser muy agresiva para las prendas. La radiación UV puede causar la decoloración de los colores, el deterioro del estampado o incluso volver quebradizas las fibras, especialmente si la prenda está mojada. Siempre que sea posible, seca en un lugar sombreado o en interiores bien ventilados.